Transformación
del medio ambiente.
El "Medio Ambiente" es un concepto nuevo, que, no ha
nacido de la nada, sino para reconducir a la unidad los diversos componentes de
una realidad en peligro.
El concepto de Medio Ambiente implica directa e íntimamente al ser
humano, ya que se concibe, no sólo como aquello que rodea a las personas en el
ámbito espacial, sino que además incluye el factor tiempo, es decir, el uso que
de ese espacio hace la humanidad referido a la herencia cultural e histórica.
Se ha definido al Medio Ambiente como "el entorno vital del
hombre en un régimen de armonía, que aúna lo útil y lo grato" y que
"comprende una serie de elementos o agentes geológicos, climáticos,
químicos, biológicos y sociales que rodean a los seres vivos y actúan sobre
ellos para bien o para mal, condicionado su existencia, su identidad, su
desarrollo y más de una vez su extinción, desaparición o consunción".
Nuestro planeta constituye un conjunto
medioambiental equilibrado, en el que todos los elementos interaccionan entre
sí, incluido el hombre. Sin embargo, la actividad humana, tendente a lograr una
mayor comodidad y desarrollo para nuestra especie, ha producido, como efecto
secundario indeseado, un proceso de degradación medioambiental más o menos acusado
según las áreas.
El
hombre forma parte del medio ambiente. Sin embargo, su actividad produce
cambios. La transformación del medio natural en un medio humanizado ha seguido
los siguientes pasos:
- Descubrimiento
de la agricultura y la ganadería. Mayor disponibilidad
de alimentos y cambios de aspecto en el paisaje.
La extensión de los cultivos produce cambios
drásticos en el paisaje.
- Avances
científicos y técnicos, que aumentan la capacidad de supervivencia del ser humano.
- Realización
de obras de
todo tipo: edificios, caminos, canales, puentes, etcétera.
- Industrialización, a partir del siglo XVIII,
que produce efectos de cambio radical en el medio ambiente a escala
planetaria.
- Crecimiento demográfico, facilitado por los puntos
anteriores, que obliga al ser humano a colonizar nuevos territorios y
cambiarlos en su propio beneficio.
A lo largo del siglo XX la humanidad ha
superado la cifra de 6.000 millones de habitantes y ocupa prácticamente todo el
planeta. Los bosques son talados para conseguir madera y nuevas zonas agrícolas
y los recursos marinos y del subsuelo se explotan a tal escala que no tardan en
agotarse. El conjunto de estas actividades ha tenido como resultado una transformación
general de los ecosistemas planetarios, hasta tal punto que la acción
humana puede llegar a suponer una seria amenaza para el mantenimiento de la
vida en la Tierra a largo plazo.
La conservación
del medio se impone, pues, como la única manera de alcanzar un ritmo
de desarrollo sostenible que permita la expansión humana sin poner en peligro
el delicado equilibrio ecológico que caracteriza al ecosistema total de nuestro
planeta.
La
transformación del entorno por el hombre no es reciente, se suele decir que
ésta comenzó hace ya 50.000 años desde el mismo momento en que el ser humano
logró un control efectivo sobre el fuego.
El ser humano y el medio
ambiente forman una unidad inseparable que solo acabará cuando uno de los dos,
o ambos, por alguna circunstancia fatal, desaparezcan. El hombre y la
naturaleza, la mujer y la naturaleza, constituyen la realidad más verdadera de
la existencia consiente que ha sucedido a lo largo de los tiempos en nuestro
planeta. Por ello, la importancia que tiene el medio ambiente en el desarrollo
humano.
En el último siglo, el
planeta tierra ha sido un torturado testigo del desarrollo tecnológico del
hombre. Un desarrollo que ha significado muerte y destrucción masiva al planeta
que llamamos hogar.
Irónicamente
podemos darnos cuenta que el hombre como especie, somos la más inadaptable de
todas las especies que han vivido en el planeta, sin considerar nuestro origen
divino, o Darwineano, podemos asegurar que el éxito de nuestro dominio tiene
base en el desarrollo de nuestra inteligencia.
Cabe mencionar
que esta inteligencia nos ha hecho la mejor y la peor especie que ha habitado
este hogar. Me refiero a la mejor, porque hemos aprovechado y usado el ambiente
para nuestro beneficio más que otras especies, y a lo peor, porque en ese uso
desmesurado e irresponsable hemos destruido en un siglo, lo que un ecosistema
tardó en formar en miles de años.
El brillo de la fama, el
poder y el dinero ha cegado tanto a los hombres sedientos de conocimientos; que
con la ingenuidad de Pandora que jugó con las maldades que azotaban al mundo
antiguo según los filósofos griegos, abren las puertas del conocimiento con el interés
de dominarlas aún sin tener razón o comprensión de su uso.
El hombre
ahora como especie dominante del planeta, se ha dado el derecho divino para
decidir sobre el futuro de las demás especies, acabando a razón de 23 especies
por mes. Destruir hábitat naturales en fracciones de tiempo de lo que la
naturaleza lo creo, catástrofes, corrupción, contaminación, y todos los
defectos del hombre repercuten en la naturaleza; que como una esponja absorbe
cada día, cada hora, nuestros hijastros mutantes, esperando el momento en que
termine por explotar con una fuerza que acabará con lo que conocemos ahora.
Mi conclusión:
A lo largo de
los años ha habido grandes cabios en lo que respecta al medio ambiente,
nosotros siendo los únicos seres pensantes en este planeta estamos siendo son
únicos capaces de destruir lo que nosotros llamamos “hogar”. Estamos perdiendo
los valores y le damos más importancia a cosas materiales, cosas sinsentido. No
nos damos cuenta de la realidad que estamos viviendo actualmente.
Las personas
mayores dicen, “los jóvenes deberían de innovar, proponer, crear e impedir que
el planeta siga decayendo”, creo que todos estamos habitando este planeta, no
solo los jóvenes, esto es algo que nos implica a todos, si queremos conservar
nuestra especie tenemos que poner manos a la obra.
Porque el
planeta Tierra seguirá aquí por muchos tiempo, pero nosotros no, sino logramos
hacer algo al respecto.